Como introducción a este apartado es necesario hacer una distinción entre el bordado erudito y el popular, distinción que se sólo se comienza a hacer a principios del S.XX como lo demuestran las palabras que Manuel Bartolomé Cossío, pedagogo español e historiador del arte de la Institución Libre de Enseñanza dedica a una exposición sobre el bordado y encaje popular en Madrid en 1913:
Elogio del Arte Popular
“Pero bordados y encajes populares, hechos por damas y por lugareñas, en la ciudad y en el campo, en el estrado y en la cocina, en el convento y en la amiga, productos anónimos, dondequiera, de un espíritu artístico difuso, cuyas formas tradicionales, según las comarcas, hunden siempre su firme raigambre en las entrañas de la vida social, sin distinción de clases, y allí anidan y allí se perpetúan.”
Anuario Brigantino 2016, n. 39
(De Bordados populares y encajes. Exposición, Madrid, Mayo, 1913)
MANUEL BARTOLOMÉ COSSÍO
Es de suponer que se conocía, como en el resto de culturas, de tiempos muy antiguos, del paleolítico se han encontrado agujas de marfil y hueso. Se supone que en principio habrían servido para unir las pieles pero no sería de extrañar que ya habrían podido decorarlas con pequeños motivos.
En el neolítico encontramos materiales textiles agujas, hilos, ovillos, cordones, cuerdas , trabajos de unión y hasta textiles llegando hasta la edad del hierro donde se encuentran agujas de metal más finas, lo que permite técnicas de costura más complejas.
En la escultura de la época ibera queda constatado la existencia del bordado como lo atestiguan las figuras conservadas en el museo arqueológico nacional (Dama de Elche, Dama oferente del Cerro de los Santos, Dama de Ibiza)

Todos los pueblos que pasaron por la península fenicios, griegos, cartaginense fueron legándonos técnicas decorativas textiles (necrópolis, cartaginesis dama de Ibiza).
El lujo de los romanos acrecienta este arte y los visigodos también sintieron pasión por el lujo y traen de Bizanzio el gusto por la policromía y el empleo de piedras preciosas. Los árabes en el S. VII dan nuevo vigor a las artes textiles, destacando el bordado mazizado donde la hebra cubre por completo el fondo.
Según algunos autores el bordado español, tanto el popular y como el erudito, adquiere personalidad a partir del S.X siendo el bordado del forro que reviste el interior de la tapa del Arca de las Reliquias de San Isidoro de León el primer bordado Español que se conoce.

A partir del S. XII y sobre todo de los S XV y XVI, los siglos de oro del bordado erudito español, los bordados erudito y popular siguen derroteros diferentes y el erudito sigue las modas y técnicas propias de la Historia del Arte Occidental.
EL BORDADO ERUDITO:
Estas son las características definitorias del bordado erudito:
- Empleo de telas-bases ricas (brocados, terciopelos, rasos, seda).
- La hebra para los bordados es también de materiales nobles (oro y plata, metales laminados, piedras preciosas, perlas).
- Ornamentación muy variada y en constante evolución influida por las líneas artísticas generales del momento.
- Técnica complicada y diversa.
- La ejecución, generalmente, está en manos de profesionales y virtuosos.
- Las aplicaciones son siempre para fines decorativos y una extensa aplicación a fines litúrgicos.
- El colorido es variado y finamente graduado, matizado, así los motivos parecen con sombras y adquieren volumen y un mayor realismo. Es definitivamente “pintar con hilos”.
Como hecho curioso se destaca que los bordados en oro fueron realizados en los siglos de su mayor esplendor únicamente por hombres, pero estos nunca bordaron en seda. Cuando una prenda llevaba ambos bordados se hacía intervenir la mano femenina para el bordado de encarnación y para labrar todos los motivos ornamentales que requiriesen la fina técnica del policromado en sedas.

EL BORDADO POPULAR
España tiene un amplio repertorio en bordados populares. Al ser los materiales de carácter perecedero han llegado solo hasta nuestros días en museos y colecciones privadas los bordados de los siglos más cercanos.
Los bordados populares tuvieron su máximo apogeo durante los S. XIII al XVII, decayeron durante el XVIII y el XIX hasta segundan mitad del S. XX donde se han revalorizado de nuevo.
En contraposición con el bordado erudito el bordado popular es muy difícil de datar: se repiten de forma inalterable los modelos a través de los siglos y suelen ser anónimos.
Otro condicionamiento del bordado popular es el geográfico en el sentido de que la influencia geográfica se expresa en una serie de constantes, analogías o diferencias. El bordado popular de tierras adentro, según Maria Ángeles Mena, presenta mayor macizamiento, reciedumbre, mayor contraste de color, el empleo de tonos fuertes y planos y combinaciones limitadas de colores. En las costas, sin embargo, existen en las piezas más vanos, más calados, más policromía y contrastes menos acusados, hechos estos que la simple observación comparativa de unos y otros pone de relieve.
La finalidad del bordado popular es triple: adorno personal, adorno doméstico y misticismo religioso-ritual.
Su característica más acusada sería la estabilidad en las formas, hebras, telas-base, colorido y técnicas. Son actividades de tradición muy cerrada porque se repetían los ejemplares de un modo exacto con un respeto casi místico por la tradición, al menos hasta la mitad del S. XX.
Es probable que en España existiera un bordado popular ibérico que fue enriquecido con las aportaciones centro-europeas y orientales.
La unidad espacial con rasgos artísticos y culturales similares se denomina comarca. La comarca artística en el bordado popular equivale a Escuela Artística y tiene una serie de características comunes: modos de ejecución análogos, semejanzas o identidad en la decoración, color y técnica.
Lo cierto es que estas características de color han sido tradicionales hasta que a mitades del S. XIX se inventan los tintes químicos. Pensemos que con anterioridad y sobre todo en el medio rural popular, las propias mujeres eran las que tintaban sus hebras con los vegetales o minerales a su alcance, propios de su medio físico. Así Antonio Cea en su Tesis Doctoral describe como los arrieros serranos se encargaban de bajar a Andalucía para conseguir el preciado tinte azúl para los paños de luto. Es lógico presumir que cuando el tinte se hizo más económico y las fibras se tiñeron de forma industrial con el algodón, las mujeres quedaron prendadas de otros colores que habían sido imposibles de encontrar. En la comarca de la sierra de Francia eso pasó con el color salmón que se introduce en el S.XX.
En España, dada su rica variedad, no es fácil delimitar estas escuelas pero se puede llevar a cabo marcando zonas de transición con estilos superpuestos. Si sucede esta influencia exterior dentro de una misma comarca se llama estilo derivado, y si el estilo nació allí o viene de fuera se las denomina propias o eclécticas.
Las comarcas y escuelas más conocidas en España son: Toledo, Salamanca, Zamora (con León), Segovia, Ávila, Granada, Mallorca, Cáceres y Canarias, siendo quizás el Salmantino que nos ocupa que ha pervivido en la Sierra de Francia, el que tiene unas características más definitorias que no pueden ser confundidas con ninguna otra comarca artística como así lo afirman Maria Angeles Gonzalez Mena y Miedred Stapley.
Es asombro ver como motivos que pueden formar parte del acervo popular siendo comunes a todos las comarcas obtienen unos resultados claramente diferentes por la intervención de las técnicas de bordado.

ASPECTOS ARTISTICOS DEL BORDADO POPULAR
Los temas ornamentales o motivos son obtenidos de la naturaleza directamente e interpretados de forma sencilla. Son de origen oriental, occidental, cristiano y en menos cantidad, renacentistas. Lo que es cierto es que las mujeres bordan lo que ven pero, aunque sean motivos florales no necesariamente lo han tenido que ver en su medio sino que ha podido llegar de muchas formas, entre las cuales se haya como motivo de mercadería muy común en muchos siglos , las cerámicas.
Se pueden dividir en :
- ANTROPOMORFOS (figura humana).
- ZOOMORFOS (animales reales e imaginarios)
- FITOMORFOS(representaciones vegetales)
- GEOMÉTRICOS
- EPIGRAFICOS O INSCRIPCIONES
Todos estos motivos tienen una rica simbología que en muchas ocasiones provienen de culturas muy antiguas.
La ordenación de los motivos
Siguiendo a Maria Ángeles Mena se entiende que los motivos son los elementos integrantes de una composición y esta está representada por el dibujo o diseño que después se borda.
Dentro de los bordados los dibujos pueden ser realistas o estilizados (interpretación más convencional).
Los contornos pueden ser de tres formas: geometrizados que suelen ser impuestos por la técnica, pequeños trazos que siguen la dirección vertical y horizontal de la urdimbre y la trama, los contornos enteros son libres, basados en curvas grandes, y poco sinuosos, más bien en bordados antiguos, como los de la Escuela de Salamanca.
Por último los contornos en movimiento tienen también contornos libres pero con muchas sinuosidades, muchos detalles y dibujo menudo como los de Mallorca o Lagartera.
También es importante el encuadre es decir, la distribución de los motivos dentro del marco de la prenda. El lienzo casero exigía que la tela tomara la forma cuadrada o rectangular, por ser tejidas enteras en el telar, y como consecuencia el diseño también se acomodaba a estas formas . Las soluciones decorativas son muy variadas , motivos sueltos distribuidos o no en las esquinas o en los laterales o sembrando todo el campo, grecas formadas por motivos yuxtapuestos, afrontados motivos distintos alternándose, opuestos en diagonal, repetidos en forma radial, etc o grecas en espejo.
El color en el arte es considerado como un elemento artístico de gran importancia. En el bordado popular el colorido de las hebras es muy variado con preferencia de los colores primarios. Las tonalidades fuertes están relacionadas con la geografía española y con la sicología del pueblo Ibero amante del fuerte contraste y la policromía. Esto quedó bien plasmado por la influencias visigóticas.
En casi todas las comarcas tienen una especial preferencia por el bordado de lana negra sobre el blanco marfileño del lienzo casero. Los colores predominantes son :negro, rojo amarillo, azul, verde y blanco. El negro es casi exclusivo de prendas ceremoniales (paños de ofrenda, camisas noviales). Pocas labores ofrecen matices pálidos.
Los procedimientos empleados por los Bordados populares. españoles son muy variados pero los más empleados son : entretejidos, elementales, de aplicación, en espiral y cruzados.